jueves, 22 de octubre de 2020

Gerda y Robert

Cuando la población civil

huía de los bombardeos

cargaba a sus espaldas

un fardo con enseres

y seguía la vía del tren

por no perder el rumbo

confiando en la certidumbre

de la línea recta

marchaban en hilera

mimetizando el trazado

de los raíles

dando tumbos en el balasto.


Robert Capa los retrató:

bombas, granadas,

soldados que calzaban alpargatas

soldados que fumaban

al borde de la muerte.

Frente al disparo de su cámara

un miliciano cae de espaldas

abatido en Cerro Muriano

congelado en mercurio y plata

su camisa tan blanca

no presagia la muerte

hemos visto desde entonces tanto horror

que parece dulce su caída

sostenido por el aire

flotando sobre un campo

de algodón.


Algunas fotos retratan

a milicianas jóvenes, ríen.

Otras a ciudadanos que miran

curiosos, sin miedo

la siniestra danza de los aviones

en el cielo de Madrid.


El faro de la pesada locomotora

el objetivo de la Nikon

abriéndose paso en el siglo XX

dejando ancladas las fotos

en un presente inocente y antiguo.


Del espejo de aquellos años

un retrato de Robert haciendo una foto

captado por Gerda

Quién mira a quién y quién es mirado

la cámara, el ojo, la noche

Capa y Taro juntos.

Y se marchó ella

con aquellos soldados muertos

dejando más huérfanos a los niños

aplastada por un tanque

en Brunete, Gerda Taro.

Y se marchó él en otra batalla

pisando a la muerte con firmeza

dejando atrás medio siglo

funesto.






Destino

He soportado el peso de mi carne

y de mis huesos, mi destino

el cansancio de pensar

sin poder evitar el descuido

de alcanzar lo que no quiero.

Y la vida siempre esperando

que dé un paso adelante

mientras cierta fuerza escapa de mí

como un hilillo de sangre

como un pájaro amarillo.



sábado, 19 de septiembre de 2020

 

Cumpleaños

Los años de la infancia se cuentan de uno en uno

como los niños en el parvulario cuentan dedos, manzanas o rosas

antes del frenesí de las horas que se agolpan en el pecho

para vivirse a bocajarro en las luces y las sombras

de la primera juventud.

Los años palpitan al principio y todo cuanto acontece

es un regalo merecido, creemos, o ni tan siquiera lo pensamos

porque aún no sabemos, a fondo, de pérdidas ni derrotas.

Todo está ahí para ser absorbido, exprimido, transmutado

en gracia caída del cielo.

Todo, el mundo entero y sus enseres

al alcance de nuestra ingenua arrogancia.

Se va perfilando el pequeño hueco que tenemos asignado en este mundo

y vamos echando dentro el tiempo, sin saber que es un saco sin fondo

con la esperanza de colmar esa parte que siempre nos falta.

Los años van adquiriendo consistencia viscosa

resbalan y saltan a veces de dos en dos, de tres en tres

desafiando la aritmética, hasta que llega un momento

en que perdemos la cuenta.

Para coger el hilo de nuevo, en vez de sumas hacemos restas:

lo que falta por ver, lo que falta por decir, lo que falta por amar.


    En el otoño de tu vida te medirán por el amor

    Agustín de Hipona



miércoles, 17 de junio de 2020

La fuente


Cuentan que un camaleón

descansaba sobre un árbol sombrío

su cuerpo marrón era un nudo más

en la madera.

El leñador cortó su cabeza

justo cuando lanzaba la lengua

para atrapar un avispón.



Y la lengua ágil y afilada

del camaleón sobrevivió

a la muerte súbita,

alcanzando la inmortalidad.

Se muestra en los forjados

y en el agua de algunas fuentes.





jueves, 4 de junio de 2020

Despedida

Para qué quieres despedirte
si todo es una despedida
Vivir es despedirse
puedes agitar la mano
o encoger los hombros
caminar hacia atrás sin dar la espalda
o doblar una esquina rápidamente
sin detenerte
sin pensar...
El inconsciente soplando humo
por crear el olvido.
Pero el olvido no existe
es imposible
das un paso y hay una huella
quieres hacer como si no hubiera sucedido
pero no es posible
el olvido es una mentira piadosa
todo es trazo
todo es buril
somos hendidura
es un misterio
una hendidura en un diamante
perfecto.

martes, 2 de junio de 2020

FLECOS

Uno puede morir de la manera más absurda
dejando sin fregar los platos
facturas impagadas
palabras no dichas
la ropa en el tendedero
enfados

Uno puede morir de una manera prosaica
sin dejar todo cerrado
¡Cómo mienten los relatos!
con ese afán de cerrar los círculos
de poner punto final
a la historia

La muerte no tiene signos de puntuación
ni de exclamación ni de interrogación
es una frase inconclusa
tal vez sin complementos
que queda colgada de un abismo
sin memoria

La vida tiene esos incómodos flecos
que no casan con nada
y que la muerte evidencia.


domingo, 24 de mayo de 2020

Revuelo de lunares


Llueve 
Las estrellas                       
como jazmines                          Un solo jazmín
Salpican de nieve                      perfuma la noche
Los adoquines

Jardines del Alcázar
el albero
Senderos del agua                     Laberinto
El sol                                         de sombras
En el suelo

Calor
Penetra la tarde 
En el seno de la noche               El silencio
Ecos de tacones                         se rompe
En el callejón

Soleares
Parpadeo de abanicos
Sí, no, sí, no                               Remolinos
El aire hecho añicos                   en el aire
Revuelo de lunares

El rayo
Abre en la noche
Un signo
De interrogación                        No
¿Quién responde?



Gerda y Robert

Cuando la población civil huía de los bombardeos cargaba a sus espaldas un fardo con enseres y seguía la vía del tren por no perder el rumbo...